Memoria Descriptiva

Casa O emerge de un bosque montañoso como refugio familiar a solo un par de horas al poniente de la Ciudad de México. Un santuario completamente autosuficiente e integrado en un paisaje diseñado para captar, almacenar y reciclar el agua de lluvia.

Adoptando una sensibilidad pragmática, arraigada por un ímpetu de sostenibilidad, el proyecto dispuso de una materialidad ideado por los recursos que el mismo paisaje tenía para ofrecer. Resultando en su estructura aparente de muros de arcilla apisonada —proveniente de la excavación para crear el jagüey pluvial— y una cubierta de madera de pino que prolonga la ladera para desdibujar al recinto con su paisaje.

El emplazamiento navegó la topografía del sitio en relación con la trayectoria del sol para situar dos bloques: un salón para la cocina, comedor y sala de estar; y un ala compartimentada en cuatro dormitorios y un gimnasio con sauna. Ambas alas se encuentran en un porche para una cocina y comedor al aire libre. Debajo, un semi-sótano alberga una sala de entretenimiento, una cava, y el sistema de cisternas que almacenan, filtran, tratan y suministran agua a toda la residencia.

Su vocabulario arquitectónico se nutrió de influencias modernas yuxtapuestas por métodos de construcción vernáculos. Palpables en el acabado de sus muros que eximen la necesidad de revestimientos veleidosos, y cuyo grosor procura frescura durante el día y emana calidez durante las noches.

Los interiores pautan una modestia inspirada en los albores escandinavos. Evidenciando un esfuerzo por socavar la dicotomía entre lo natural y lo artificial al integrar el envolvente del paisaje natural y la materialidad primordial de su arquitectura como protagonistas de su interiorismo. Así, la rugosa plasticidad de los muros y la tersa calidez de su cubierta, dialogan con objetos de notables artistas y diseñadores enaltecidos por accesorios de origen artesanal.