Descripción del proyecto

Domus Peepem es la última de una serie de intervenciones que, a través de nuevos esquemas habitacionales y de la regeneración del espacio público, pretende recuperar una porción de tejido urbano. Se encuentra en Cancún, uno de los focos turísticos más importantes del país, con marcados contrastes socioeconómicos. La idea central de estas intervenciones ha sido construir edificios sustentables —social, económica y ambientalmente—, con una vocación social, local y global, que integren en lugar de distanciar.

La colonia Donceles es una colonia que se desarrolló en los años ochenta como un conjunto de viviendas de interés social para trabajadores. Después del huracán Wilma (2005) sufrió daños considerables, lo que promovió el abandono de muchas viviendas y detonó un alto grado de degradación. Domus Peepem, sumada a las intervenciones previas, busca revertir este deterioro. Se emplaza en esquina, en un lote de 88m2, sobre en uno de los andadores peatonales de la colonia y frente a un espacio público abandonado. A través de su construcción se recupera dicho espacio para transformarlo en una plaza y en un andador peatonal completamente reformado.

Domus Peepem se vincula con el espacio público mediante locales comerciales en planta baja, entre los cuales se abre un núcleo compacto y eficiente de circulaciones verticales. En los cubos de escaleras se filtra la luz del atardecer a través de la celosía de block. Como espacio central, en la escalera convergen texturas, materiales, luces y sombras: el encofrado estriado de las rampas de concreto y un barandal ondulante de una sola pieza de acero conducen desde el acceso del edificio hasta la terraza.

Entre el primer y el tercer piso hay siete viviendas que, con la integración de balcones, mantienen un vínculo estrecho con la plaza: más ojos al espacio público para hacer de él un espacio más seguro. En balcones y terrazas, así como en accesos, descansos y en la plaza recuperada viven macetas con plantas endémicas que contrastan con lo inerte del edificio. Las piezas de acero que funcionan como barandales tienen diseños con los que se buscó experimentar y jugar.

Las viviendas, sin importar su dimensión, son dignas, bien iluminadas, con ventilación natural y percepción espacial de amplitud. En el último nivel coexiste una última vivienda, más pequeña que las anteriores, con un espacio común de alberca y una banca de mármol. Desde allí se aprecia el contexto que rodea al edificio: vista al barrio, al mar, al campo de golf vecino, a las azoteas de otras viviendas. Un espacio común para convivir, fresco e iluminado, protegido por una losa de concreto aparente. Al construir, se procuró no emplear más energía que la indispensable. Además de la implementación de celdas solares y sensores de movimiento, diversas tecnologías pasivas garantizan el correcto funcionamiento de la vivienda.

La belleza de Domus Peepem radica en que no tiene mayor pretensión que la de ofrecer vivienda compacta bien construida, iluminada, ventilada y ubicada, que puede adecuarse a cada habitante y que permita regenerar una zona de la ciudad.