Descripción del proyecto

El conjunto arquitectónico existente da vida a un campamento para estudiantes carente de un espacio para celebraciones religiosas. Es así como surge la necesidad de este proyecto, eligiéndose un solar al costado del espacio principal de reuniones del conjunto.

La premisa para la realización del proyecto fue muy clara, crear un espacio que se integrara al conjunto y a la naturaleza, un recinto sobrio que permitiera la reflexión y la calma, la introspección y la meditación.

El solar asignado presentaba una orientación desfavorable, por lo que la estrategia de diseño resolvió un círculo inscrito en un cuadrado, de tal manera que el cuadrado respondiera a los ejes del conjunto y el círculo a las orientaciones y ventilaciones favorables, logrando la orientación norte-sur y la corriente de vientos dominantes. El círculo inscrito en el cuadrado, representa la unión entre el cielo y la tierra, entre lo infinito y lo finito, lo espiritual y lo material.

La propuesta retoma el eje principal de acceso al conjunto y lo transforma en remate visual, culminando con la cruz que nos da la bienvenida y nos dirige hacia la capilla.

El circulo, figura principal de la composición, alberga a los fieles, el altar y el presbiterio; mientras que las partes restantes del cuadrado forman los servicios auxiliares, por un lado, el coro y la florería; por el otro la sacristía y estancia cural. De esta manera la capilla se presenta como un recinto circular con capacidad para 150 personas, en donde el manejo de la luz, la naturaleza, los símbolos y la posición de planos y volúmenes son las directrices del proyecto.

Aludiendo a las primeras Basílicas Católicas que simbolizaban la mano del creador por medio de cinco naves, la capilla se compone de cinco ejes principales, que a manera de marcos de carga forman la estructura principal del recinto. Cada eje culmina con una cubierta en forma inclinada ascendente, creando entre cada sección áreas de iluminación y ventilación que desalojan el calor y crean corrientes de ventilación dando confort al interior.

La separación entre los ejes principales se da por medio de doce ventanales; seis al lado sur, por donde se accede y seis hacia el norte, los cuales forman el presbiterio. En conjunto, los doce ventanales simbolizan los apóstoles y las doce religiosas que fundaron la congregación de la cual forma parte la capilla.

En el interior, dos muros curvos de fuerte presencia denotan la envolvente del espacio, que, a manera de manos en posición de oración, nos brindan una sensación de refugio y cobijo. La frase “SIEMPRE DIOS EN TODAS LAS COSAS” de Monseñor Cazares y Martínez nos recibe, haciéndonos consientes de la presencia de Dios y preparándonos para la celebración.

Desde el interior de la capilla; podemos observar hacia los ventanales al sur, la creación del hombre, representada por el conjunto arquitectónico existente; y hacia el norte observamos la creación Divina, representada por la vegetación, el cielo y el paisaje circundante hacia donde se dirige la atención.

Una celosía deslizable nos denota el área del coro, el cual puede integrarse a la capilla para celebraciones de mayor capacidad.

De forma circular, el espacio interior distribuye a los fieles de manera radial, invitando a la comunión y hermanamiento entre los participantes, aludiendo a la comunidad de Cristo. En el centro, encontramos el ambón; por medio del cual la palabra divina es transmitida a los fieles y en donde se llevará a cabo el momento cumbre de la misa, la eucaristía.

En el presbiterio, el altar, la cruz y el sagrario, son compuestos por tres elementos que unidos constituyen una sola pieza; representando así la trilogía divina.

Es así como la capilla del campamento el bambú, es un escenario en donde la naturaleza forma parte de la estética del conjunto, valorando el silencio y la luz; donde la sobriedad de los materiales y la pureza de sus formas resultan en un espacio armonioso y sereno; que permite la reflexión, retro inspección y la calma.