El proyecto se desarrolla al sur de la poligonal del centro histórico de la ciudad de Puebla, ubicado dentro de un predio residual en la traza del barrio del Carmen, una zona que ha sufrido despoblación e inseguridad en las últimas décadas, a causa del desuso de las casonas que lo conforman.

La propuesta contempla viviendas cómodas y funcionales, dotadas de accesibilidad universal; de la planta maestra de las casonas antiguas, surge el concepto de preservar el patio como elemento rector, resolviendo así, un área vegetal central con accesibilidad y vista desde el conjunto habitacional.

El programa arquitectónico se compone de once viviendas, distribuidas en seis niveles, un nivel de estacionamiento a pie de calle y un núcleo de circulación vertical que cuenta con un elevador panorámico que emerge del patio central.

La planta tipo se solucionó a partir de 2 departamentos interconectados por puentes de acero, delimitados por barandales de celosía de barro, textura que predomina como elemento de fachada y de vestibulación. Los elementos arbóreos fueron decisivos en el planteamiento del proyecto, se preservó el único elemento existente en el predio, conformando parte del acceso. Para la zona del patio, dentro del área permeable, se incorporó una paleta vegetal de especies endémicas. De igual forma, se encontraron vestigios de una pequeña fuente en la parte posterior del predio; lo que originó la idea de desarrollar un árbol del cual nace una caída de agua, siendo así un remate visual para la zona central, el cual se puede observar y escuchar desde todos los niveles.

El proyecto incorpora la función de huertos urbanos en la fachada sur sobre la zona del parasol, éstas a su vez interconectadas con el sistema de captación pluvial que almacena el agua en temporada de lluvias para riego.

La selección de materiales, busca integrarse a la composición preexistente del barrio, utilizando elementos característicos con un nuevo tratamiento y resolución. Elementos como las celosías de barro, los pisos de pasta, los muros de concreto duelado y la cerámica talavera forman parte del contexto.

Como remate superior del edificio, un óculus, en memoria del nacimiento de una cúpula contemporánea, como intención de legado para la preservación del patrimonio de la ciudad