Memoria Descriptiva

Casa Dragones es un testimonio físico de su arraigo cultural y su propósito en la región. Más que una simple estructura, la casa se convierte en un diálogo con el tiempo y la historia que permea su entorno. Sus paredes, impregnadas con las tonalidades cálidas del Chukum, homenajean la esencia misma de la tierra y la cultura yucateca con recordatorios constantes de nuestra conexión con el entorno natural.

El interior de Casa Dragones está meticulosamente planificado, con cada espacio estratégicamente conectado con patios exteriores, tanto privados como públicos. Esta disposición resalta la importancia del diseño en relación con los usuarios, quienes se convierten en protagonistas de una travesía que va más allá de las simples paredes de una casa. Las líneas fluidas del diseño evocan la elegancia colonial que ha perdurado a lo largo de los siglos, mientras que los arcos majestuosos, como abrazos del pasado, invitan a la serenidad y la contemplación.

El tiempo es el hilo conductor de este proyecto, tejido con citas culturales que se entrelazan con el rico entorno histórico que lo rodea. La casa misma se convierte en una narrativa viva, una historia que se despliega con cada material seleccionado, desde el robusto concreto que sostiene el peso del presente hasta la cuidadosa selección de materiales que envejecen con gracia, es un acto consciente de preservación y respeto por la memoria del lugar.

Su arquitectura trasciende el mero ejercicio de diseño para convertirse en un auténtico lienzo del tiempo. Cada rincón narra el paso de la vida, marcado por las huellas de los elementos y las decisiones tomadas en su construcción. La vivienda evoluciona con cada día que pasa, convirtiéndose en un reflejo tangible de la interacción entre el hombre y su entorno, en una danza eterna entre la construcción y la naturaleza.