SITIO. La casa está inmersa en un contexto campestre, donde se ubica el predio con una pendiente ligera, entre árboles de haya. El diseño se concibe desde la premisa de no tocar árbol alguno; para ello, fue necesario determinar con precisión la ubicación y distancia entre cada uno, y considerando en este estudio, la distribución de sus raíces.

SITUACIÓN.  El desafío del proyecto fue diseñar “…un estudio que no vea a la casa, y una casa que no vea al estudio”.

SOLUCIÓN. La jerarquía espacial se acentúa mediante un puente de acceso desde la calle; una rampa desciende desde el estacionamiento y conduce a las escaleras que llevan al jardín y al estudio.  Estos accesos convergen en un pórtico que funciona como distribuidor – terraza, y separa el espacio público del privado: un límite diáfano que enmarca el bosque.
La casa “se eleva” del terreno para permitir el crecimiento libre de las raíces de los árboles, así como el paso de los animales silvestres; deja fluir el agua de lluvia e impide el contacto con el suelo húmedo. Así, la ventilación cruzada deshumidifica el ambiente para tener siempre confort y salud.
Las fachadas se abren al bosque, se cierran a la calle, y su orientación ofrece vanos que favorecen la iluminación natural. En invierno, una mayor radiación solar directa permite ganancias térmicas y el aislamiento en las fachadas norte y noroeste retienen el calor interior.
La selección de los materiales que se integraran al bosque de haya son una respuesta y analogía al contexto y se modulan para evitar los desperdicios, la losa de desplante elevada del piso a una altura entre 1.00 a 1.40 metros,  se construye con losacero para evitar el cimbrado, para los muros se utilizó un block hueco de tepezil y cemento impermeable, diseñado y fabricado especialmente para este proyecto, con medidas para dar proporción a las distancias y alturas del proyecto y evitar recortes y minimizar el mantenimiento, el mismo block también se coloca como celosía y además se entintan en color negro para integrarse a los verdes obscuros del contexto.
En contraste, el estudio “se entierra”, y se integra al jardín con una cubierta verde, para tener desde la vivienda una vista tal que no pueda ser percibido el estudio.
En el estudio, un muro doble sirve de soporte a las escaleras y protege a sus moradores de los vientos fríos de invierno y el “efecto cueva” junto con la masa térmica mantienen una temperatura estable en el interior.
Esta escisión intencional entre hogar y trabajo permite los mejor de dos mundos: el cobijo con máxima privacidad en simultaneidad con el espacio productivo donde acuden con más tolerancia otros usuarios.  El espacio de transición es también uno de articulación entre un ámbito y otro, a la vez que enaltece las vistas hacia la naturaleza exuberante.  Así se vive más … y mejor.