Casa Santos es una villa de tres conjuntos de volúmenes enraizados en el paisaje desértico de Todos Santos, B.C.S. Cada conjunto está formado por módulos tipo de 25 m2 habitables, donde su proporción de cubo le brinda flexibilidad suficiente para adoptar el uso que se requiera.

Los usos son dados según la privacía. El desplante y la orientación indicará si el módulo se convierte en una habitación privada con baño o en un área de convivencia donde se conjuntan los usos de cocina, comedor y estancia.

Ante el impacto turístico y urbano que se ha reflejado en Baja California Sur, la traza urbana de Todos Santos ha ido creciendo de tal forma que proyectos y construcciones se alzan en terrenos vastos. Muchos de estos parecieran quererse desentender del sitio y de las comunidades aledañas. Aunque Casa Santos se encuentra en un predio similar, el acercamiento del proyecto busca atender a la vida en comunidad dentro y fuera del mismo.

El desplante del proyecto responde al sitio al priorizar el paso del día y la noche a través de los módulos. Un conjunto ve hacia el amanecer, mientras que otros al atardecer. La alberca funge como pieza escultórica y se encuentra orientada hacia el Océano Pacífico. A partir de este acomodo, se generan plazas de encuentro y convivencia. Los recorridos entre los patios del proyecto ocasionan abocinamientos y remates visuales propios del sitio.

El proyecto es modulado por un sistema propio de cimbra que otorga flexibilidad al poder intercambiar de posición un vano para recibir una puerta o una ventana en cualquier muro del módulo. El sistema de cimbra está conformado por láminas de acero roladas, donde se vierte la mezcla de concreto teñido de color arena. El proyecto logra entender el muro como un elemento puro que articula lo habitable; ya que, en él, se encuentra: interior, exterior, estructura, textura y acabado.

Con el fin de obtener una arquitectura austera pero rica en calidad espacial, se escoge el concreto por su maleabilidad constructiva y cualidad pétrea. En respuesta a la volatibilidad del duro clima desértico, en el choque de la luz solar con el ángulo del muro en forma de canaleta, se genera una sombra constante y cambiante que funciona como protección térmica.

La pausa parece ser una idea extraída de otra época tras la sobreexposición de estímulos y sobreinformación que vivimos. El proyecto danza entre la pausa y el tiempo; a pesar de que estas ideas parecen contrarias, el proyecto las une en un oxímoron que se expresa en la alusión al paisaje. Se muestra la arquitectura como una puerta para comprender lo dicho por la naturaleza y una ventana para ver como la vida pasa sobre el cielo, la tierra y sobre nosotros.

Admirar el paisaje y estar en pausa, son ideas rectoras para la vivencia del proyecto. Casa Santos propone ser una oda hacia el paisaje a través del tiempo, con un proyecto que no requiere ser más que un refugio en el horizonte.