Memoria Descriptiva

El terreno está en una esquina de Playa del Carmen a dos cuadras del mar. Al sur colinda con un edificio que tiene una potente geometría curva que vincula en esquina con la Calle 38… una preciosa calle arbolada con restaurantes y cafés.

Después de un extensivo análisis, generamos un proyecto que elocuentemente da continuidad a la inercia espacial del proyecto vecino, articulándonos sutilmente a este, y diseñando un espacio peatonal que inesperada y sensualmente atraviesa el predio y conecta con la calle 36, muy cerca de la intersección con otra calle, la Calle Cozumel… generando así mayor continuidad.

Este espacio público y lúdico funge también como calzada/pórtico/zaguán de acceso de los dos edificios resultantes. El diseño geométrico del espacio vacío entre los edificios fue delicadamente “esculpido” para maximizar visuales preferentes al mar y al espacio urbano, tanto francas como oblicuas.

Para la privacidad entre los volumenes, integramos al de la esquina unas cartelas que dirigen las visuales al espacio público, y extendidas al mar en niveles superiores, y que no permiten visuales cruzadas entre los edificios y que dialogan sensiblemente con elementos cuasi idénticos del vecino.

La estructura del proyecto es de concreto colado en sitio, con un nivel de transferencia y muros cargadores de block… el sistema más económico de la zona. Los acabados son de estuco pintados de blanco (también en armonía con vecino). El basamento ciego que limita los patios de planta baja y el semisótano de estacionamiento (por nivel freático), están contenidos por un acabado de acero corten que se integra a otros edificios de la zona.

Este proyecto busca ser un amigable y generoso articulador del espacio público, con la capacidad de generar asombro y que invita a descubrir y a disfrutar… es además un edificio que solo podría estar en este terreno.