El proyecto se desarrolla en la parte de lo que fueron las bodegas de una fábrica de refrescos, la cual fue construida en los años setenta y dejo de operar en los noventas. Se interviene haciendo modificaciones sutiles en su estructura para convertirlo en un centro de convenciones.
El mismo, gira a través de la intersección de los dos lobbies. El adosado en la fachada principal y el interior conforman las áreas comunes de los salones de eventos y al mover todos los muros retractiles se logra exponer la estructura que fue utilizada en décadas atrás sirviendo como un solo espacio de convenciones
La fachada se desenvuelve en lo que fue un volado para cubrir la mercancía que llegaba de los autobuses (anden). A través de una caja de cristal se genera un volumen que conforma el lobby exterior.
El área general se divide permitiendo la utilización de cinco salones de eventos simultáneamente, conectados mediante un lobby interno, así como también se proyectan cocinas y núcleos de baños para cada uno de estos.
En cuanto a lo formal o a la plástica, se respeta la estructura y los muros de tabique, solo por medio de los baños y el lobby exterior se busca tener una experiencia contrastante a la de estar dentro de una bodega, utilizando acabados limpios y colores naturales.
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