Mediante un proceso de investigación y diseño, se establecieron los parámetros para conceptualizar este proyecto, basados en la Máquina de Eudaimonia –planteando un esquema de capas independientes entre espacios sociales y lugares de concentración- enfocando al proyecto en las distintas actividades que se desarrollan en esta oficina, como un laboratorio de ideas y proyectos tecnológicos, planeado bajo el concepto de “Deep work / trabajo profundo” como un espacio de actividad constante e inteligencia emocional.
Es un proyecto lineal en el que información y usuarios fluyen sin perder de vista las actividades entre espacios abiertos diseñados para la colaboración y espacios donde se realizan actividades personales que llevan a la forma ideal de trabajar plenamente.
El acceso es a través de la recepción, diseñada en tonos neutros, funcionando como regulador de actividades ubicándose al centro del lugar, inspirando y cambiando el estado de ánimo, mostrando su esencia en un código plasmado en las puertas de acceso y un librero/galería enmarcando logros e intereses. Un plafón tejido que muestra la actividad de los mercados financieros te lleva de frente a un espacio que más que una sala de juntas es un lugar de trabajo profundo colaborativo.
Detrás de recepción se encuentra el salón, una envolvente de madera en tonos neutros que genera un espacio más cálido, fungiendo como antesala de los espacios colaborativos. En este espacio se puede socializar, tomar un café o incluso actividades lúdicas, conviviendo con la terraza en un espacio contemplativo del piso 24 de un edificio en la zona centro de la Ciudad de México, el cual te acompaña a lo largo del pasillo principal como eje del proyecto.
Pisos de concreto, losas e instalaciones aparentes envuelven el espacio, mimetizándose con la iluminación diseñada en tubería de cobre y contrastando con detalles color negro.
Dentro de algunos procesos creativos o productivos, las ideas surgen en grupo desencadenando diferentes estados mentales, es por ello que los espacios colaborativos albergan usos distintos en el ala opuesta a las áreas colaborativas: una barra blanca lúdica debajo de un tapanco/jardin verde en una esquina, un Hot Desk al pie de una gran mesa de trabajo, y espacios grupales abiertos de salas con gradas de cubos interactivos capaces de modificar su configuración según la actividad a desarrollar, generando un espacio dinámico en donde una pintura mural cuenta la historia y el objetivo de la empresa y como una tierra de cultivo óptima para las ideas.
Para optimizar la productividad, se separaron espacios de trabajo individual ubicándolos en el ala opuesta del lugar, flanqueados por cabinas o cámaras personales envueltas por un diseño mural en cristal negro que representa la fluidez y dinamismo de las ideas, junto a espacios de trabajo grupal en envolventes metálicos tipo “container” insonorizados y sin distracción. Como remate del pasillo principal en un vestíbulo de la zona operativa, se integró una escultura a gran escala de la imagen corporativa.
El espacio operativo se generó con grandes mesas de trabajo de tzalam planteadas para actividades de baja intensidad, aquí se planteó un nivel de iluminación mayor que en las áreas sociales, con vegetación, pizarrones y espacios abiertos de reunión para complementar las distintas actividades y áreas operativas de la empresa, el espacio se desarrolló sin oficinas privadas directivas, siguiendo ese organigrama lineal.
Con este enfoque a cada espacio se le dió un propósito, alternando actividades de trabajo con lugares de pensamiento personal y a su vez la posibilidad de “recargarse” mediante espacios sociales, contemplativos y artísticos, logrando en este proyecto el objetivo de adecuar el espacio optimizando la forma en que las personas trabajan productivamente, otorgándoles herramientas para lograrlo.
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