Ubicada en Puerto Escondido, México, Casa Cova está dispuesta en un terreno de 100 metros de largo por 35 de ancho entre el Océano Pacífico y la cordillera oaxaqueña, a solo 70 metros de la costa. El programa del proyecto fue diseñado como una casa de vacaciones para dos familias, lo que implicó la creación de dos compuestos diferentes de habitaciones privadas que se conectan a través de las áreas recreativas comunes.
La casa consta de dos partes principales: un área común central grande y dos brazos paralelos ubicados a los costados. El volumen central a gran escala marca el acceso a la casa, que tiene dos entradas principales y que pasan a través de una pared de celosía, lo que ayuda a ventilar los espacios comunes y crea un patrón de luz dinámico desde el anochecer hasta el amanecer. Este volumen central se materializa en un espacio público multipropósito de techo alto que contiene una sala de estar, un área de comedor y un bar. El volumen está coronado por una ‘palapa’ de 30 metros de largo, esta consiste en una técnica de cobertura regional hecha de hojas secas de palmera, que enfría las temperaturas tropicales hasta alrededor de 23°C al proporcionar sombra y espacio para que el calor salga a través de la parte superior del estructura.
Un sistema de muros de hormigón paralelos encierra los dos brazos que albergan las habitaciones y baños privados de la casa. Los pabellones están conectados por una serie de patios abiertos entrelazados, además de lograr una ventilación cruzada para bajar las temperaturas. Todas las habitaciones y el volumen central principal comparten la vista y el acceso. Justo en el centro hay una alberca diseñada como un conjunto de planos alternos que contiene áreas recreativas sombreadas.
La casa fue diseñada para trabajar con su contexto natural, utilizando hojas de palmera secas de origen local en paredes y techos, madera de parota para pisos y carpintería y un paisajismo basado en vegetación regional de bajo mantenimiento que ayuda a dignificar el proceso de envejecimiento del edificio. El uso confiable del concreto en la estructura y los acabados también responde a las necesidades locales; La intensidad constante del sol y la salinidad del lugar exigen un material que envejezca finamente sin la necesidad de mucho mantenimiento. La utilización de materiales orgánicos proviene del hecho de que la casa fue construida utilizando técnicas de artesanía regional, así como también se utilizó para decoraciones interiores y en el arte regional oaxaqueño exhibido en el proyecto. La casa también se levanta estratégicamente a 1,5 metros del suelo para evitar inundaciones por el conocido «mar de fondo» que generalmente afecta esta área de la costa de Puerto Escondido.
Las habitaciones principales, los planos entrelazados y los altos techos de la casa buscan recordarnos las alturas alternas de las cámaras masivas de las ruinas arqueológicas de Mitla, yuxtapuestas con los pasajes privados más pequeños que se encuentran comúnmente en la arquitectura regional precolonial.
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