Descripción del proyecto
A inicios del siglo XX, la ciudad de Escárcega nace como un asentamiento para la explotación del chicle, caucho y palo de tinte. Uno de estos campamentos, denominado “Kilómetro 47”, es el que le da su origen, pero es el Ingeniero Francisco Escárcega Márquez quien le otorga el nombre. Con la intención de expandir el ferrocarril de Veracruz hacia la península de Yucatán, el ingeniero Escárcega es el encargado de conectar por tierra el que sería el Ferrocarril del Sureste. No fue hasta el año 1990 que el ejido de Francisco Escárcega se convirtió en Municipio y actual ciudad del estado de Campeche. Actualmente la ciudad cuenta con aproximadamente 32,000 habitantes y su fortaleza radica en su ubicación geográfica privilegiada. La ciudad funciona como nodo de comunicación entre la ciudad de Villahermosa, Tabasco (y su continuidad hacia el estado de Veracruz) y Chetumal, Quintana Roo, al oriente, y Mérida, Yucatán al Norte.
Casi 100 años después de los primeros asentamientos y con una tradición ferroviaria marcada en la ciudad, a través de un programa de inversión Federal, Escárcega tiene la posibilidad de complementar y mejorar su infraestructura urbana. Dentro de este contexto y acompañada de otras 6 intervenciones, la Casa de la Cultura y Talleres de oficio recuperan un terreno subutilizado y complementan su programa.
Esta nueva intervención se presenta para renovar una Casa de la Cultura obsoleta debido a la falta de mantenimiento y el espacio reducido. Utilizando el terreno adyacente, en el cual ya existía una cancha de usos múltiples, la nueva intervención se separa en dos partes que la envuelven: una primera edificación, abierta al norte para aprovechar la luz indirecta y la ventilación cruzada, que alberga la sala de lectura, el acervo y la parte administrativa. La segunda edificación, que alberga los talleres para diferentes actividades y oficios, se protege del poniente y se abre a un patio central resguardado por un bloque de servicios.
La estructura de ambas edificaciones se desarrolla en una retícula de columnas y trabes de concreto aparente que permiten tener cierta versatilidad para adaptarse a usos futuros. No hay edificio más sustentable que el que no tiene que demolerse para construirse de nuevo. Ambos cuerpos centralizan sus servicios, recolectan el agua de lluvia para el riego de sus áreas verdes, buscan la iluminación indirecta, la ventilación natural cruzada y la protección del sol directo. Los materiales de ambas construcciones responden a sus procesos constructivos (pisos de concreto pulido, estructura aparente, cerramientos de novaceramic o vidrio) y a la oferta local de algunos materiales (madera local para los cerramientos y carpinterías).
Dos edificaciones que recuperan un terreno subutilizado y se integran a una cancha existente para que los habitantes de Escárcega cuenten con un lugar en donde desarrollar sus diferentes talentos.
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