Ubicada en Valle de Bravo, en el Estado de México, la casa está dispuesta sobre un terreno de 21 metros de ancho por 42 metros de largo. Posee un frente corto que colinda con la calle y al fondo colinda con la zona Federal del lago de Valle de Bravo teniendo un desnivel de 3,50 entre el frente hacia la calle hasta el fondo del predio que colinda con el lago. La casa busca en la solución estructural y plástica, un diálogo entre los elementos del programa y su disposición en el terreno, así como la expresión tectónica de la naturaleza de sus materiales: pesados, livianos, sólidos, transparentes, fijos y virtuales.

Se accede a la casa a través de un patio que da hacia la calle y que está un nivel por encima de la planta principal de la casa. Junto con el acceso se encuentra una pequeña plaza para autos de visitas. En este nivel de acceso se encuentran circulaciones que permiten acceder a un torreón con recámara para invitados y a la planta privada de la familia. Una escalera conecta la planta de acceso con el área social y de servicio en planta baja.

El proyecto resuelve el programa con un esquema tradicional de patio hacia el cual viven las circulaciones y el área social, y hacia el lago en la parte posterior y limite del área de construcción. Dicho patio es atravesado perpendicularmente por puentes que dan ritmo y secuencia en el recorrido. Estos puentes surgen como elementos metálicos apoyados en los muros de carga, poseen cancelerias de vidrio y celocías de madera tratada de Chihuahua que de acuerdo al clima, y puesta y salidad del sol, se abren o se retraen dando convivio a la circulación de los mismos.

La fachada principal de la casa se presenta con muros ciegos de piedra azul de Zitacuaro hacia la calle dando expresión de reclusión masiva y cerrada, de manera similar se resuelven las fachadas hacia los paramentos laterales de colindancia. Entre construcción y colindancias laterales se dan las circulaciones secundarias, rematando al fondo del predio con el área social exterior y ultimadamente la vivencia del paisaje y el lago.

Muros fuertes y pesados arraigan la casa al terreno formando una caja que contiene y separa a la vez la vida interior del programa. La estructura metálica se apoya sobre muros conversando con liviandad sobre los elementos de piedra de la zona y concreto que anclan la casa. Al recorrer la casa internamente tiene hacia su exterior materiales que se diluyen siendo transparentes y ligeros, utilizando madera reciclada de la zona en patios, con precencia de vegetación endémica, espejos de agua y piezas de arte particulares de la colección privada del cliente. El planteamiento paisajista exterior de la casa contiene arboles que no impidan la comunión de las vistas hacia el lago desde adentro de la casa.