La casa se desarrolla aprovechando el potencial del sitio (topografía y vistas) ya que se encuentra ubicada en una zona privilegiada sobre el cerro Huitepec de San Cristóbal de las Casas; Chiapas, con un clima templado de bajas temperaturas de hasta 6°C, región de mucha tradición, cultura e historia.
Las intenciones de diseño parten de la necesidad de crear una arquitectura honesta y transparente sin pretensión de modismos, apoyándose con la utilización de materiales sobrios tales como: mármol, cantera, ónix, madera, tierra roja de la región y acabados pulidos en pisos y muros, logrando generar por si mismos un ambiente cálido con identidad para las condiciones y situaciones del lugar.
El proyecto se plantea como un núcleo habitable posicionándose de manera estratégica en el centro del sitio, lo cual permite vincular espacios complementarios tales como el estudio, fire pit y cava; y detonar el potencial del lugar generando vistas de cada espacio hacia el oriente que se abre a la ciudad y al contexto natural existente.
A la llegada nos recibe una plataforma de circulación abierta al público que al mismo tiempo funge como cubierta del cuarto de estudio, la cual es usada para la estancia del vehículo particular culminando con un muro cerrado que da paso a la vivienda por medio de un acceso privado al nivel del garaje que conecta directamente con la circulación de las habitaciones y uno social que por el cual se llega tras el descenso de una escalinata que se desarrolla según la topografía del terreno y va acompañada de un jardín lateral que conduce a la puerta.
El muro de llegada se complementa con la circulación vertical y conforman una transición entre lo público-privado y lo público-social, y a su vez al albergar el núcleo de circulación vertical se abre a la triple altura que culmina con la entrada de luz cenital, permitiendo la reinterpretación de un muro trombe el cual capta de la radiación solar todo el calor posible que la vivienda necesita y lo distribuye a todos los espacios dentro del núcleo habitable.
Enseguida del acceso social se desenvuelven los espacios de sala-comedor-cocina con vista y acceso a una pequeña terraza conectada a los espacios exteriores por medio de huellas que descienden logrando rodear el árbol de durazno original existente y adecuándose a la topografía natural para llegar a la cava, que es también usada como basamento para el fire pit, el cual se conecta de la terraza por medio de un pequeño puente.
El fire pit funge como el remate visual del área social, conteniéndose con un muro bajo que permite mejor visibilidad de la ciudad, por medio de la disposición del mobiliario se pretende que el usuario obtenga un disfrute visual de la fachada posterior que alberga un ambiente cálido; logrando visualizar por encima de la zona social dos niveles que contienen los volúmenes del área privada; colocando en el tercer nivel la recámara principal para brindarle la mejor vista de la casa y obteniendo privacidad, asumiendo que por el problema actual por el que pasamos la mejor manera de cuidarnos es quedarnos en casa, sin dejar de sentirnos dentro de la ciudad.
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