Memoria Descriptiva
Inmersa en un contexto natural, CASA MORGAN retoma la coexistencia del usuario con el entorno, generando un hábitat contemplativo consecuente con el ambiente. Funciona como un refugio de los ritmos urbanos y traduciéndolos a ritmos naturales.
El recorrido nos transporta por una conversación entre el usuario y el tiempo y los ciclos naturales, el movimiento de los árboles, el sonido del viento, el aroma fresco del entorno, animándonos a capturar el momento, detener el tiempo y asombrarnos con la belleza del presente.
Espacios de introspección como un oratorio permiten dedicarse plenamente a uno mismo.
Los espacios de estar, con un carácter completamente extrovertido propician cálidas conversaciones e interacciones en conjunto, siendo favorecidas por la basta arboleda que los rodea.
La volumetría habla sobre permeabilidad. Los volúmenes flotados posibilitan el respeto con la naturaleza, generando líneas de horizonte que nos den la idea de una fusión entre lo natural y lo construido. Las cubiertas inclinadas nos permiten dar continuidad al terreno, así como maximizar las vistas y la relación entre el interior con el exterior.
La geometría general nos remonta a la típica casa de campo, pero siendo esta la residencia principal de la familia se reinterpreta a un diseño que responda a las actividades diarias del usuario.
Es un conjunto familiar, donde se prioriza la privacidad, pero se enaltece la convivencia.
Un espacio creado para propiciar una cálida conversación junto al fogatero, o la lectura de un buen libro conviviendo con la copa de los árboles.
Espacios de estar conforman el volumen sólido que se erige al sur de la terraza coronada por una gran circunferencia. Retrato directo del Sol.
Los muros de piedra, apenas tocando a esa cubierta transitable que por la noche se convierte en una linterna que, sin agredir al entorno, permite disfrutarlo plenamente.
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