En un terreno con hermosa vista hacia el campo de golf y un lago, con pendiente media hacia la parte de atrás y con orientación norte; se realizó este proyecto para un matrimonio joven que gusta del arte y las relaciones sociales y con un hijo de 11 años ávido de hacer esculturas de plastilina. El anhelo de ellos era una casa que expresara libertad e integridad visual al paisaje y abierta a sus hermosas vistas.
Aquí, una obra de arquitectura limpia que elimina lo superfluo y anecdótico para engrandecerse en lo substancial; de líneas duras y distinguidas. Sencillez conceptual que ha llevado a superficies y espacios amalgamados, llenos de sombra y de magia.
De un aspecto de austera serenidad “surrealista” que muestra su grandeza y grácil silencio entre muros finamente traspasados por los rayos luminosos del sol de una tierra bañada en mucho de él.Espacios quebrados en sorpresivos cambios de alturas, que nos preparan a recibir una velada realidad.
Edificación vertida hacia su interior, semi-oculta de la vida pública pero entreabierta al paisaje, a un jardín que sirve de escalafón entre el cielo y el interior mismo. Entrelazamiento de casa y jardín.
Arquitectura de fuertes claro-obscuros, donde los planos y volúmenes intersectan sus sombras y color, sólida y natural, de líneas claras y sobrias, de amplio predominio de la masa sobre el vano, haciendo de la edificación una guarida, un remanso de paz y silencioso reposo. Amplia riqueza de efectos visuales que se logran mediante quiebres en sus masas, jugando así la sombra, un preponderante papel.
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