Ubicado entre Tepoztlán y Amatlán en el Estado de Morelos, el HOTEL BOUTIQUE TEPOZTLÁN integra la topografía, el paisaje y las vistas del Tepozteco en un plan maestro donde 4 edificios con programas arquitectónicos diferentes exploras las virtudes del sitio. El terreno era una parcela abandonada, en donde la vegetación silvestre, junto con varios árboles de porte medio y alto se asentaban de manera natural en el sitio. Desde un inicio esa condición natural y de respeto a la flora del sitio fue una condicionante para posicionar cada uno de los volúmenes que comprenden el proyecto. Otra condición que presenta el terreno es su accidentada topografía, el volumen de acceso -una grapa de concreto pigmentado- se encuentra a pie de banqueta, conforme nos vamos adentrando en el terreno vamos descubriendo los 4 edificios, el terreno fue dictando el desplante y programa de cada uno de los edificios. Las suaves rampas y escalinatas nos permiten llegar hasta la zona de alberca que se encuentra a -2.5m respecto al nivel de acceso, mientras que el edificio de habitaciones hace la primera parada obligada al usuario al centro del terreno y a una cota de desplante de -1.20m.
Una condición fundamental fue el intervenir el terreno lo menos posible con la huella de las construcciones y dejar que la naturaleza propia de Tepoztlán se apropiara del espacio y de la arquitectura. Desde un inicio se trabajó con el paisajista para identificar las especies de árboles que se encontraban en el terreno para plantear la reubicación de toda la flora del sitio para después colocarla en su lugar definitivo. Algunos árboles de gran porte fungieron con elementos que condicionaron y rigieron ubicación de los volúmenes arquitectónicos, recortando, perforando y deformando la arquitectura.

CANTERA
La zona de Tepoztlán presenta una gran cantidad de piedra volcánica la cual se utilizó para construir muros y pisos. La estrategia fue extraer piedra en lugares estratégicos, en la medida que extraíamos piedra para la construcción de bardas perimetrales y pisos, al mismo tiempo generábamos “vacíos” y/o “canteras” que se nos permitían aprovechar como cuartos de máquinas y plazas pétreas o cráteres que en época de lluvia generarían espejos de agua.

AGUA
El Hotel cuenta con un sistema de recolección de agua de lluvia con el fin de depender lo menos posible del agua potable que es dotada por el municipio. La recolección empieza con la captación de agua en azoteas que después es distribuida a través de canales y por último ser depositada en cisternas para ser tratada y reutilizada.

ARQUITECTURA
La fusión entre arquitectura y naturaleza fue una premisa desde la concepción del proyecto, se utilizó piedra volcánica existente para la creación de muros y pisos, se recicló madera de obra (cimbra, polines y barrotes) para la creación de barandales, muebles, puertas y pisos. En cuanto al material de construcción principal optamos por el concreto aparente pigmentado, este tono rojizo nos permitía amalgamar no solo con la piedra y madera existente sino también con el paisaje, con los cerros que rodean el valle.

El hotel cuenta con 11 habitaciones distribuidas en dos niveles superiores lo cual permite apreciar las vistas tanto del valle como de las formaciones de los cerros. Existen algunas habitaciones que permiten fusionarse y compartir terrazas (roof garden privados).

En la planta baja del edificio principal se ubica el restaurante y Salón de Yoga en donde el piso fue construido con madera reciclada de obra. El edificio de amenidades alberga la cocina y bar del hotel, cuarto de masajes, gimnasio, temazcal y regaderas comunes. Este volumen resguarda junto con una pared de piedra volcánica y vegetación recuperada del sitio la alberca y estanque de lirios. En el sótano de este cuerpo se ubican bodegas y cuartos de máquinas.