Memoria Descriptiva
Al diseñar el Pabellón de las Orquídeas, nuestra investigación dejó en claro que para que las orquídeas crezcan, florezcan y se recolecten, era necesario crear un ambiente propicio para su desarrollo: húmedo, parcialmente sombreado y bien ventilado.
Y contemplando la filosofía japonesa del Wabi-Sabi, parte de Casa Wabi, que cree que la belleza y la armonía se encuentran en la simplicidad, lo imperfecto y lo no convencional, y su relación con las ricas y complejas tradiciones de la costa oaxaqueña, lo vernáculo, los materiales de origen local (cerámica de concreto, palma y madera) y la alta calidad de las obras de los artesanos locales.
Entonces pensamos en la palabra japonesa Ikigai (生き甲斐, ‘la razón de ser‘) que podría traducirse como la felicidad de estar ocupado. El término se compone de dos palabras japonesas: iki (生き, que significa ‘vida‘) y kai (甲斐, que significa ‘resultado‘. Siendo ‘el propósito de la vida‘.
Cuando alguien descubre su propósito, es más probable que disfrute de una vida larga y saludable. Por lo que necesitamos tomarnos un momento para relajarnos, en este caso, con las orquídeas.
Al adentrarte en el pabellón, respiras la frescura de la humedad, escuchas el suave tintineo de las gotas, sientes los vientos cruzados y, quizás con suerte, logras reconectar con tu esencia, descubrir tu propósito, tu Ikigai.
Nos centramos en tres elementos principales:
Primero, el pabellón es una máquina simple y austera, 12 humidificadores de concreto emplean la gravedad para generar un ambiente húmedo dentro de la estructura que alberga las orquídeas de la costa oaxaqueña.
En segundo lugar, el pabellón aprovecha materiales y técnicas constructivas simples, como la madera de la región y piezas.
Y tercero, el pabellón es un santuario para las orquídeas, al tiempo que busca despertar un profundo sentido de Ikigai a quien lo visita.
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