Memoria Descriptiva
En el corazón de Mérida, emerge «La Plancha», rescatando el olvidado parque ferroviario de los antiguos «Ferrocarriles del Sureste».
Con una extensión de 20 hectáreas, “La Plancha” surge como un espacio público, cuya gestión y puesta en marcha resulta fruto del esfuerzo y participación ciudadana y gubernamental, destinando el 85% de su extensión a áreas verdes convirtiéndose en pulmón dentro de la ciudad.
La composición surge de la complejidad de la forma del terreno, la geometría resulta contundente para los recorridos. El primero, LINEAL (750m) cuya cubierta se apoya en un sistema modular de columnas, cual aparente desorden aporta dinamismo al transitar. Este conecta longitudinalmente el terreno y, remata en un segundo, de forma CIRCULAR (350m diámetro) cuya cubierta “alada” se apoya sobre una columna central, convirtiendo este paseo en experiencia completamente diferente. Un tercer sistema de andadores transversales funciona como “cicatriz” urbana, sanando una ancestral “herida ferrocarrilera” que dividía el centro de la ciudad.
Los andadores son “hilos conductores” del parque y generan experiencias de luz, sombra y ventilación, enlazan los puntos y actividades del parque, y conectan al centro histórico de la ciudad.
Una premisa del diseño fue conservar la memoria histórica del lugar. El eco del ferrocarril y su historia… Preservando y poniendo en valor las estructuras existentes, como también todos los vagones y locomotoras presentes en el terreno.
La Plancha es un parque para TODOS… Albergando un teatro, lago, fuentes interactivas, juegos infantiles, gimnasios, pista de skate, área de mascotas y otras actividades para diferentes usuarios, sin distinción de edad, género, nacionalidad o estrato social… Todos tienen cabida en La Plancha.
La Plancha se ha convertido en el espacio público más destacado y representativo de la ciudad, punto de encuentro y reunión donde convergen urbanismo, historia, naturaleza y arquitectura celebrando la convivencia e interacción social.
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