Descripción del proyecto
El proyecto está situado en el Templo de San Andrés, en la localidad de Ocotepec, municipio de Tejupilco, Estado de México, que cuenta con características arquitectónicas y ornamentales del siglo XVII perteneciente a la época barroca.
La huella del Templo, es decir, su planta arquitectónica define sus espacios en el interior como en el exterior, formando la que pudiera ser la característica planta de cruz latina, pues al realizar el vuelo fotogramétrico damos cuenta de la plataforma en la que en algún momento de la historia pudo complementar el transepto del Templo, en el crucero de la planta, encontraríamos soportada por un tambor una cúpula ochavada, coronada por una linternilla de poco más de un metro de altura, en donde su cupulín remata con una cruz latina.
La Capilla para el Sagrario es un complemento al templo, es un proyecto llevado a cabo de manera colaborativa con su comunidad y parte desde la sensibilización para el uso de materiales de la región, la capacitación, para el conocimiento de los procesos tradicionales y posterior mantenimiento del inmueble, así como mostrar la importancia del resguardo de la información para intervenciones futuras. Tomando como base las características o sistemas constructivos tradicionales, el sagrario está realizado a base de materiales de la zona, su cimentación está fabricada con piedra de la región y mortero hecho de cal apagada y mucílago del nopal.
En el desplante de los muros se inició con una hilada de sillar para posteriormente continuar con el colocado de la piedra del sitio, asimismo se colocaron piedras con características ornamentales encontradas en la excavación con la intención de generar un valor agregado a sus antecedentes. Los aplanados y la pintura fueron fabricados en el sitio a base de cal y mucílago, con sus respectivas proporciones.
La hechura de la cubierta fue realizada a base de cuña para tener un acabado aparente en la parte interior, de igual manera para el piso se utilizó baldosa de barro.
La Capilla del Sagrario se encuentra al norte del Templo, teniendo un acceso enmarcado por gualdras de Tepehuaje, madera de la región, al interior se puede apreciar las ventanas con abocinado, lo que permiten el incremento de entrada de luz natural, al fondo del espacio se encuentra un altar fabricado en cantera.
De manera general, la obra fue un trabajo en equipo, la participación multidisciplinaria trascendió al proponer estrategias que satisficieron las necesidades de una comunidad que se preocupa por mantener vivas sus costumbres y tradiciones, con el deber nuestro de hacerlo realidad.
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