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El proyecto está ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México —  el hotel bajo el nombre Círculo Mexicano está albergado en una casa catalogada del siglo XIX, la cual ha sido transformada en un hotel boutique con inspiración al ascetismo —en que la arquitectura bajo esta práctica no se enfoca en la representación, sino en la vida misma en el BIOS, como el substractum más genérico de la existencia humana— con el afán de re cuestionar la vida de lujo.

El proyecto alberga sus propios intercambios y relaciones no solo para ‘sobrevivir’ —compartir, intercambiar, ayudar o ser ayudado en condiciones cotidianas— sino también para el bienestar, el repensar el lujo en los hoteles y las posibilidades de un espacio para albergar un sentido de colectividad. La vida en comunidad, como lo era en los monasterios ascéticos, tiene que ver con la vida del comercio, el diálogo, el cuidado y la cercanía. Por eso, reflexionar sobre el espacio colectivo para un hotel, desarrollado por grupo Habita y aún propiedad de sacerdotes, puede propiciar la existencia de un limbo indefinido entre la propiedad privada y el espacio público aunado al contexto del Centro Histórico.

Círculo Mexicano es un proyecto que, hace el esfuerzo por adaptarse a nuevas formas de vida y contener las actividades, negocios e ideologías del siglo 21, en una propiedad que rescata infinidad de materiales, recuerdos y condiciones de un espacio con vínculos a distintos pasados. Al mismo tiempo, el proyecto atiende la idea de que un inmueble con visión de futuro debe dejar de concebir el patrimonio como algo estático —como si fuera una reliquia— y comprender que esa reliquia cuidadosamente intervenida y preservada puede modificar la memoria de quienes lo rodean; y a gran escala, de la sociedad. Este hotel tiene que ver con esa idea de construir la ciudad, donde preservar una propiedad no significa mantener las fachadas en pie, sino rescatar estructuras completas para volver a ocuparlas y habitarlas con nuevos usos.

Por ello, el proyecto se comprometió a restaurar características físicas y materiales que son relevantes en diferentes momentos históricos y, además, teje condiciones y recuerdos que resignifican la propiedad, desde realidades que sucedieron en la casa hasta la creación de asociaciones que se consideran como visiones históricas de los ciudadanos.

Como una oda a Manuel Álvarez Bravo, antiguo residente del edificio y uno de los fotógrafos mexicanos más destacados, el espacio toma como referencia la función de un sistema de cámara tradicional, que puede jugar con filtros, marcos y fuentes de luz.

Al interior de las recamaras, la luz rebota en canteras blancas; elementos de vegetación, de agua, de luz, y el mobiliario necesario, participan en un juego que invita a reflexionar sobre menos es suficiente.

Un espacio con un entorno diferente que intenta propiciar otros encuentros, así como devolver la atención al visitante mismo, al entorno natural, a la catedral, a la calle y al centro de la ciudad de México como un espacio rico en historia y diversidad.

XVII-092
Nombre de la obra: Círculo Mexicano
Clasificación:
Ubicación:
Ciudad de México
Autoría del proyecto: Jorge Luis Ambrosi Sánchez, María Gabriela Etchegaray Cerón
Colegio: Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México AC
Mención Honoríficas

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