Memoria Descriptiva
Vistas que conectan con el horizonte desde la terraza en la cima de la casa. Al interior, las robustas atmósferas rojizas, patios y espacios ajardinados invitan a una vida en calma, más íntima y desconectada.
Desplantada sobre un terreno de cinco metros de ancho y veinte metros de fondo en el casco histórico de San Pedro Garza García, la casa se organiza a través de una columna vertebral de circulaciones y servicios a lo largo de la colindancia y un patio central que divide el programa en dos volúmenes. El frontal contiene el zaguán de entrada, la cochera, el cuarto de huéspedes con un tapanco y una terraza en la azotea. En el segundo, en la parte posterior se encuentra la sala, el comedor, la cocina, un patio azul que remata el terreno y el cuarto principal con acceso a una terraza ajardinada.
Si bien la planta nace de una secuencia racional de cuadrados, la sección es más dinámica con escalones, plataformas y grecas que rematan con el zigurat rojo que forma una contención hacia la calle y resuelve con su fachada las restricciones vigentes en materia de patrimonio y conservación.
Frente a los retos y oportunidades que implica la vivienda en zonas patrimoniales en ciudades en crecimiento, Ederlezi concilia nociones como la fluidez de un espacio etéreo y abierto con la privacidad que permite separar la vida de las calles y colindancias con lo que sucede adentro. El proyecto busca desdibujar la rutina a partir de la diversidad de experiencias que ofrece y a su vez, repensar la condición catastral de los terrenos largos y angostos en esta zona como una tipología fértil para explorar con volúmenes que se perforan, tallan y excavan en un diálogo estereotómico entre la personalidad del usuario, la casa y la montaña.
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