Descripción del proyecto

El Terreno es un huerto urbano y centro educativo ambiental que se inició durante el brote de Covid19. El proyecto está ubicado en un lote suburbano rico en tierra, minerales y piedras permitiendo así el cultivo de hortalizas. El proyecto se originó al comprender que los niños tienen la necesidad de mantener un estímulo social y simultáneamente recibir educación ambiental que los acerque a entender el ciclo de producción agrícola y la práctica de una vida sustentable.

Para ser congruente con el concepto de El Terreno, el proyecto se construyó exclusivamente a partir de materiales reciclados procedentes de obras anteriores. Era importante conseguir una arquitectura responsable con el medio ambiente pero más importante aún, que la construcción surja desde nuevos procesos constructivos impulsando un cambio de paradigma no sólo desde la educación, pero también desde la arquitectura.

El pabellón de usos múltiples se inserta en la colina permitiendo una apertura gradual hacia el jardín. Todo lo que se extrae se vuelve a remontar en la estructura, manteniendo así el balance geológico del sitio. Secciones de varillas dobladas se convierten en muros de contención rellenos de piedra que envuelven el área habitable. La cubierta del pabellón recolecta el agua para el riego y simultáneamente contiene plantas aromáticas que albergan a la población polinizadora predominante del huerto. Esta techumbre se sostiene por armaduras compuestas por secciones de polines y barrotes que anteriormente se utilizaron como cimbra de viejos encofrados de concreto. A través de cuatro módulos diferentes las armaduras fueron ensambladas por voluntarios de la comunidad.

El Terreno logra convertirse en un huerto económicamente estable mediante la venta de plantas y vegetales endémicos que se cultivan a través de programas educativos y luego se venden a cafés y tiendas locales.

El agua se captura a través de un sistema que comienza en el techo verde del pabellón, pasa por tuberías que también son las columnas estructurales y finalmente llega a un espejo de agua que la bombea de vuelta al huerto. La energía utilizada se recolecta con paneles fotovoltaicos y los residuos de los inodoros de compostaje se convierten en fertilizantes naturales para el jardín.

El Terreno es un espacio que únicamente cobra importancia con el compromiso de los usuarios para cultivar y compartir nuevas ideas que apunten hacia la pluralidad, la versatilidad, y la sustentabilidad.