Descripción del proyecto

HOTEL NACIONAL

Este proyecto se centró en rescatar la forma y el espacio, al tratarse de una construcción que había permanecido abandonada desde algún tiempo. Para la cual, se intervino solo en cuestiones de diseño y decoración, realizando puntualmente los valores que se plantearon de la mano con el propietario, con el objetivo de concebir la integración con el parque colindante (Barranca del Cupatitzio).

El marco de un paisaje natural conformado por la historia de un pueblo que se asentó a las orillas del rio Cupatitzio, narra el cómo este singular espacio logra atraer hacia su interior no solo elementos oriundos del terreno, si no que, reafirma su identidad Purépecha y muestra un respeto hacia la región, implementando productos elaborados de manera artesanal, cada uno con un valor sensitivo y de reflexión para el usuario.

La calidez del barro y la sensación de pertenencia, se muestra como respuesta a un espacio que se integra como analogía del sustrato de la zona; un suelo arcilloso qué ha formado parte del paisaje representativo de Uruapan, y ha consumado su origen con el nombre Purépecha que se le ha dado, “charanda” cuyo significado evoca a una tierra colorada.

El lenguaje claro de la cultura Purépecha y la región no sólo como ornamento, si no como un símbolo representativo de texturas y colores, que pueden verse en los patrones que forman parte de cada elemento decorativo; como lo es la “chuspata” elaborada por las manos hábiles de generaciones, en Ihuatzio. Las siluetas marcadas de un pérgolado, análogo de los patrones que definen un producto textil artesanal. La porosidad de aquellos materiales pétreos con los que se concibe un lavamanos que conceptualiza la forma de un “molcajete”. Del resplandor de aquellas lámparas forjadas en Santa Clara del cobre cuyo valor acentúa cada elemento en conjunto. No es más qué el juego hábil entre objetos que se trabajaban de manera tradicional y que han obtenido una nueva misión utilitaria.

El arte que ha surgido del reconocido escultor Alfredo Zalce, a través de un análisis antropomórfico; representado por un “acróbata” que nos encamina y muestra la ascensión con la escalera. Aquí mismo es, donde se nos permite experimentar un trance entre la parte del edificio y el entorno natural del rio, a través de los ventanales que empapan de luz y contrastes el paso de cada huella.

La vegetación no solo como objeto de espectáculo que se adentra al lugar mediante los vanos que enmarcan el paisaje, si no como un habitante del mismo, una metáfora de la naturaleza que se abre lugar entre la monolítica estructura anteriormente deshabitada. Un mensaje de pertenecía y la utilidad que tenemos al formar parte en la escena e incluir una pequeña parte de nuestra identidad. Es el mensaje qué se pretende transmitir en el hotel nacional.