El diseño de este conjunto de vivienda horizontal y mediana densidad está dirigido a un mercado de nivel medio-alto y tiene las siguientes premisas:
– Favorecer los lazos comunitarios entre sus residentes introduciendo lugares de encuentro formales e informales
– Resguardar la privacidad de cada unidad incorporando espacios de transición entre las áreas privadas y sociales
– Reducir el consumo de energía del conjunto a partir de estrategias bioclimáticas como el uso de aleros y la ventilación cruzada
– Integración de la arquitectura a la naturaleza, conservando buena parte de la vegetación endémica del terreno
– Caracterizar el conjunto con los materiales orgánicos propios de la región, de bajo mantenimiento y envejecimiento digno
El resultado es un conjunto de 38 departamentos de 3 tipos de 2 y 3 recámaras, con tamaños entre los 110 y los 220 m2. El programa se complementa con las áreas públicas de estar, estacionamientos y de servicio. Cuatro bloques configuran un patio rectangular, dos de ellos son de cuatro niveles, corren en el sentido longitudinal del predio (este-oeste), que es el mismo sentido en que fluyen los vientos de refresco. Un tercer bloque de tres niveles cierra el lado corto hacia la esquina del terreno que conecta con una glorieta y define el acceso principal al conjunto. El cuarto bloque, como contrapunto, aloja los servicios y la palapa de
estar, cuya doble altura protege del sol poniente a una buena parte del corazón del proyecto que llamamos patio de agua y viento donde se ubica la alberca.
En suma, dicho patio es un centro a la vez convocante y distribuidor, que aporta el 20% del área verde y permeable del proyecto. Forma parte de la experiencia particular de habitar este conjunto en su relación con el extraordinario entorno verde y domesticado en el que se ubica.
Por otra parte, la paleta de materiales es mínima: estuco de cemento con pigmento rojo integrado para muros exteriores. Dicho color actúa como un fondo que aumenta la profundidad de campo, resalta el cuerpo y volumen de los elementos vegetales. Los materiales orgánicos son el bambú para barandales y mamparas de privacidad, piedra caliza para los pisos y baños, maderas resistentes a la humedad e insectos. En contrapunto los materiales industriales complementan el resto de las necesidades de durabilidad y resistencia estructural: acero, aluminio y cristal templado en distintos grados de opacidad con acentos de color.
Para nosotros este proyecto significó acometer nuevamente el reto de hacer arquitectura comercial con componentes locales y sensibilidad a las condiciones particulares del sitio. Con ello demostrar que el buen diseño, medido en calidad de espacios y reflejado en calidad de vida para los usuarios, es también un buen negocio.
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