En la ampliación de estacionamiento de un campus universitario quedo un espacio en el centro con forma triangular sin estar destinado a ningún uso en específico.
El proyecto surge con la necesidad de tener un espacio de esparcimiento por la mañana, una plaza para tener conversaciones y encuentros con otras personas a lo largo del horario escolar.
Por las noches se buscaba tener un lugar que fungiera como pabellón en donde albergaran presentaciones y eventos con carácter cultural y educativo.
Al mismo tiempo se buscó tener una pieza escultórica o un hito que marcara una pauta visual y volumétrica en el centro del campus.
Se resolvió a través de una geometría que se adapta al terreno en donde se desplantan figuras triangulares y trapezoides, se unifican dos cubiertas que dialogan entre sí pero no llegan a tocarse. Solo hay un material en la cubierta, el acero en distintas secciones, se entrelazan perfiles cuadrados formando un entramado en el cual, la luz hace una proyección de sombras evocado a los carrizos de las construcciones en la playa.
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