Descripción del proyecto
La restauración y transformación del Banco de México fue el motor detrás de este proyecto al acondicionar los primeros 3 pisos en un museo. El Museo Banco de México está localizado en el edificio principal del mismo banco en el centro histórico de la ciudad de México.
El Proyecto aborda las dos salas permanentes en el piso principal. Incluye la bóveda y la sala de Cajas Particulares debajo de la sala principal y en el primer piso se encuentran los baños, la tienda del museo y espacio para exposiciones temporales. El proyecto de renovación no incluyó las oficinas en la parte de arriba, donde actualmente trabajan el Gobernador del Banco de México y altos oficiales del banco. Originalmente construido en 1903 para “Mutual Insurance Company”, el edificio fue completamente renovado y adaptado para ser el Banco de México por el Arquitecto Carlos Obregón Santacilia en 1925. Durante los próximos 90 años el edificio sufrió múltiples intervenciones que resultaron en una gama de materiales, acabados y espacios improvisados. La renovación actual tenía como objetivo preservar e integrar el proyecto original mientras se adaptaba para su nuevo uso. Junto a un equipo multidisciplinario que conceptualizó cada aspecto de la experiencia museográfica, desde la restauración del edificio original y la experiencia museográfica, hasta el mobiliario que presenta las exhibiciones. Cada detalle del proyecto fue diseñado, revisado e instalado de acuerdo con esta visión. El acceso principal fue restaurado respetando los materiales originales del espacio. Se reemplazó la puerta giratoria de Aluminio con una puerta blindada corrediza con acabado de latón. También se colocaron torniquetes automatizados discretos que controlaban el acceso al edificio y modificaron la circulación para respetar la intención museográfica.
Se instaló un piso falso para poder alojar todas las instalaciones y alimentar el mobiliario museográfico. Del piso suben a través de una vertical de instalaciones para llegar al plafón dónde se esconden en un sistema de montenes cuidadosamente diseñados por el equipo de arquitectos e ingenieros. El diseño de iluminación es moderno, pero a su vez respetuoso de la elegancia del espacio. Una combinación de capas trabaja juntas para lograr los objetivos en la sala. Luz general que llena el espacio de luz para poder orientarse y distinguir los elementos del espacio, luminarias de acento que resaltan la museografía y las luminarias decorativas originales de 1925. Éstas fueron restauradas y equipadas con lámparas de LED controladas individualmente y con capacidad de cambio de color. Esto nos permite hacer escenas para poder resaltar la experiencia interactiva del visitante.
Las molduras de bronce que delinean el perímetro del espacio y las columnas fueron restauradas a su estado original y ahora contrastan elegantemente con el espacio obscuro y solemne. Se instalaron espejos en dos de las columnas para poder apreciar los relieves y diseños únicos de los plafones originales tenuemente iluminados.
Al final de la sala principal, una ventana brilla detrás de la escalera donde se encuentra la primera experiencia museográfica para el usuario – la instalación del vitral de Fermín Revueltas. Esta pieza nunca fue completada pero ahora renace en una instalación multimedia que narra la historia del espacio y proyecta el diseño original del vitral, como originalmente lo visualizó el artista.
La nueva disposición del museo permite ahora acceso a la bóveda original y las históricas cajas particulares debajo del espacio principal. La restauración y la transformación de este espacio fue de primordial importancia convirtiéndose en una experiencia multimedia 360º proyectado en los muros recientemente restaurados. Estos muros fueron forrados con un tratamiento acústico para controlar la reverberación natural del espacio metálico. Se restauraron los paneles de acero, latón y cobre dentro del espacio para adaptarlo a su nueva función como espacio didáctico. En el Mezanine se diseñaron unos túneles de latón con iluminación en el piso que crea una experiencia única llevando al visitante a una pequeña antesala de los baños. Ésta sala abre a una esquina íntima del edificio donde en primer plano vemos el costado de Bellas Artes y en segundo plano el callejón de correos con unas vistas inéditas de ambos edificios.
La experiencia museográfica es el resultado de la visión global del espacio. Cada aspecto del proyecto vive en balance guiando al visitante a lo largo de más de 100 años de historia. El espacio resultante es parte de una experiencia única que deja a los visitantes con más conocimientos y en asombro total ante uno de los edificios más icónicos de México.
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