Memoria Descriptiva

El escenario de esta intervención es el Centro Cultural Fábrica San Pedro, una antigua fábrica textil en Uruapan, Michoacán, actualmente en proceso de restauración conforme al plan maestro desarrollado por Taller Mauricio Rocha. El centro cultural alberga en su nivel superior un espacio de exposición. La intervención museográfica de la exposición de Graciela Iturbide está compuesta por ciento ochenta estelas que soportan doscientas fotografías. Estas estelas delinean diálogo entre la preexistencia industrial y la contemporaneidad.

La estructura de madera original, compuesta por setenta y seis columnas que forman un «bosque de columnas», sirvió como punto de partida para la intervención. Cada una de las ciento ochenta estelas está constituida por un bastidor metálico autoportante, envuelto en la tela producida en la misma nave. Listones esbeltos de madera de pino tejen las mamparas entre sí, logrando que cada par de estelas abrace la columna existente entre ellas. En los casos donde no hay una columna que abrazar, los módulos forman una columna casi invisible para auto soportarse.

La integración de materiales locales, en particular los textiles producidos in situ, aporta una capa adicional de significado simbólico y contextual a la intervención. Estos tejidos, vinculados a la historia y artesanía local, crean un vínculo tangible entre la exposición y su entorno, reconociendo la memoria del lugar y la obra de Iturbide.

Desde una perspectiva formal, la disposición ortogonal de las estelas resalta la interacción con la estructura existente, evidenciando las huellas cronológicas y las deformaciones inherentes al espacio. Este gesto, más allá de su función estética, se erige como un acto de memoria, destacando la obra de la reconocida fotógrafa mexicana.

Al estar expuesta entre columnas permite tener una lectura frontal, longitudinal o diagonal, una especia de rayuela, para tener una lectura propia, que otorga diferentes tipos según el recorrido del espectador.

La intervención sintetiza historia, técnica y sensibilidad en una espacialidad que trasciende el contexto expositivo. Al conjugar la materialidad y la forma con la narrativa contextual, la museografía invita a reflexionar sobre la memoria del sitio.