Ubicado en el norte de Mérida, este proyecto de uso mixto está conformado por un hotel, oficinas y área comercial.

Entendiendo el contexto que por el momento es de altura baja y que se requería tener una altura mayor, se genera un proyecto con un primer nivel que toma la escala baja en primer plano y el volumen más alto se repliega. El edificio se articula con el espacio urbano e invita a descubrir su carismática permeabilidad.

La planta baja se compone por áreas comerciales, el lobby de oficinas y un pre-lobby del hotel. Estos vestíbulos se distinguen respecto al área comercial por su posición relativa a un motor lobby que atraviesa el edificio y que articula los accesos primarios a áreas superiores del edificio y hacia dos niveles de estacionamiento subterráneos.

El trazo de la cubierta rompe los límites usuales invitando a descubrir, casi bailando en sintonía con el perfil superior del edificio. Al no ser curvas concéntricas las que generan ambas geometrías, y al haber una notable distancia y profundidad entre una y otra, las secuencias vivenciales tanto al pasar frente al edificio como al recorrer hacia él son experiencias singulares. Otra experiencia singular es estar en la terraza inmerso en la espacialidad creada entre ellas y experimentar la relación con el cielo y el espacio público.

En el nivel 1, las áreas públicas del hotel se extienden hacia el exterior e invitan a ser utilizadas por los usuarios de las oficinas. Esta terraza que funciona como extensión del restaurante del hotel y del lobby, dada su orientación es un lugar sombreado y bien ventilado durante las tardes y permite un uso valioso para eventos con visuales extendidas.

Condicionante importante del proyecto es que no debía tener ventanas hacia el poniente, por orientación y consideración hacia propiedades vecinas.  Otra premisa es que el hotel y oficinas debían ser edificios independientes, por eficiencia operativa y costos de inversión en sistemas. Adicionalmente, las habitaciones habrían de ubicarse hacia el norte y el sur, y en un edificio rectangular, por el tipo de recámaras. Ello conllevaba a que las visuales desde la mitad de las habitaciones serían hacia las oficinas.

Analizando las visuales del edificio del hotel hacia las oficinas, estas se ubicaron al norte con una geometría que minimiza su frente hacia el hotel y logra que las visuales desde las habitaciones norte fluyan de manera extendida hacia el horizonte.

El edificio demanda alturas distintas entre entrepisos del hotel y las oficinas, por lo que el gesto geométrico que los une y la composición, hacen que sea poco perceptible que el hotel tiene un nivel más.

El edificio se construyó con estructura metálica y las fachadas con prefabricados de concreto, articulándolos de manera eficiente en costos al modularlos verticalmente en un eje con columnas y evitando así subestructuras de soporte para los precolados.

Nos parece que se logra un carismático articulador del contexto,  sensible al disfrute de las secuencias vivenciales urbanas y del edificio, y que explora nuevas experiencias espaciales.