El proyecto comprende la construcción de 24 apartamentos desarrollados en tres niveles, con 6 tipologías distintas y una serie de patios y espacios de usos múltiples. El edificio se desarrolla en dos predios que forman una “L”, unidos en su parte trasera con frentes hacia calles perpendiculares. Esta disposición poco común, con dos frentes muy estrechos y dos largos cuerpos angostos que se unen hasta el fondo, generó un proyecto formado por distintos patios que se abren a las viviendas. La idea era generar aperturas a todo lo largo del predio para lograr un mejor asoleamiento de las viviendas, ventilación cruzada y un mayor sentido de amplitud. El proyecto cuenta con cerca de 2,000 metros cuadrados construidos, y con una cuarta parte de dicha área destinada a zonas exteriores. Los departamentos varían en dimensiones y disposición, abarcan desde 40 metros cuadrados hasta cerca de 70 metros cuadrados, algunos son tipo dúplex y todos cuentan con algún balcón, terraza o pequeño patio.
La obra plantea una reinterpretación del modelo de vecindad, y genera distintas alternativas para acceder a las viviendas siempre a partir de generar, en lugar de circulaciones que se vuelvan pasillos, pequeños patios y terrazas comunes. Se genera de tal manera, una secuencia de recorridos y espacios exteriores que buscan recrear un sentido de barrio y de apropiación del espacio por parte de los usuarios.
El proyecto contempla zona de estacionamiento en un semisótano y zonas de usos múltiples hacia uno de los frentes de la calle. Ambas fachadas, a pesar de estar en calles muy distintas entre sí, conservan un sentido unitario y buscan generar una identidad propia dentro de un barrio poco uniforme. El diseño de una techumbre en forma dentada se contempla para ingresar luz natural a las viviendas del nivel superior y ayudan también a aportar una mayor continuidad del proyecto para que se entienda que el diseño de un edificio entre medianeras no es el diseño de unas fachadas frontales sino el diseño de todo un conjunto que en su lado más largo y menos visible presenta el mayor reto para abrir las viviendas en cuatro sentidos, incluso en 5 sentidos, al considerar las fachadas hacia el cielo.
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